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Mostrando entradas de agosto, 2018
Calvino, acaso si es su nombre verdadero, camina a la trastienda culebrera a averiguar la procedencia de aquel asesinato... Acaso busco mi perdón? no me lea mal, dice Calvino, búsco la magia de mis piedras y como llegó a mí, repito, no! usted querido lector mi compañero de corrección, la magia de aquellas cosas que las llamaba antes, cosas, Pues lo acometido si aun quiere seguir interrogando, fue JUSTICIA. los arboles cabeceadores de mis cantos Los pergaminos del canto se fueron a las orillas del mar inquieto y ruin entre las botellas se encuentra un papel de arbol Nada me es dado sino mi destierro, aqui alberto la canasta del tic tac, el tiempo trasiende en otra escalafon, las incilopedias supeditan poemas perdidos en la oriila de esta parte de castillo. Cuantas ilusones s pierden a la utopia del individuo, acaso el juega con la pelota del mundo? el tiempo transita en su lado, cual inquieto extinto ... El miedo ulle en otra orilla, las escaletas otra vez suenan mal. La estacion d

Moneda de Cristal

"Gracias" destino nefasto,  cabe decir que lAs temor y temblor de la cuadra hojarasca. Terrible la desnudez de fantasmas, preocupado persigo entenado del fantasma verdad plan de quimera,  confesión inconquistable, lamentable duende de la monedita inquieta desborda mentiras y acaso su espejo finge reír en este poema, disculpe la vanidad quizá de este lado del mundo; nada mas un rió en luna, destello. Ernesto Paez, 1994. El valle, Quito