A Roberto Bolaño Es como una contención implosiva, vueltas una y otra hacia el inicio del círculo. El escribir se convierte en vicio o mas bien en un caos confortable sobre la medida de cualquier linda tontería. Menoscabar las cienes de cualquier manera, confrontar los esqueléticos rincones de mis cajones apolillados, la rima, si acaso da el caso, me lleva a aniquilaros y que más da en los caminos del errante andar. Virtud y vicio a un paso de la caída del cordel. Pienso en quien inventa y escribe las mil historias pero no tiene a quien contarlas. la ventana del cárcelario cumpliendo cadena perpetúa y, él, quien resignado aun escribe a carbón en sus muros, recuerda su libertad Pero que duro dice el carcelario cuando lo escrito solo lo podrá entender él, nada mas él. Son nombres y sobreentendidos y quien los lea poco entenderá. Su rabia espesa en su eterna juventud queman su cuerpo de seguir en pie. El frio en vaho trepan a enredadera las tapias del cegado ya hombre de h